domingo, 28 de abril de 2013

LA LITURGIA


   Manuel Toledo Zamorano


   El 4 de diciembre de 1963 fue promulgada la Constitución Sacrosanctum Concilium sobre la sagrada liturgia y en ella, en siete capítulos, se nos define muy claramente en qué consiste.

   Como documento marco, fue desarrollada sucesivamente con otros escritos que completan y matizan las consideraciones de la Constitución de Liturgia.

   La Liturgia según la Constitución SC en su artículo 10 dice que es la obra cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza. …, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo, todos se reúnan para alabar a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor. …,  de la Eucaristía mana hacia nosotros la gracia como de su fuente y se obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios, a la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin.”

   
    Si nos fijamos en este artículo podemos observar que en la Liturgia entra como elemento fundamental la dimensión ascendente, de abajo hacia arriba, del hombre hacia Dios, movimiento por el que Dios es glorificado por el hombre (culto). Pero también entra de pleno derecho el elemento descendente, de arriba hacia abajo, de Dios hacia el hombre, o sea, el hombre es santificado por Dios.

   Para finalizar este apartado podemos decir que el Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia, D. Julián López Martín,  en la nueva edición de la O.G.M.R., dice que “la celebración de la Eucaristía está estrechamente ligada con la doctrina de la fe, de manera que la verdad de la fe no se transmite sólo con palabras sino también con los signos y el conjunto de los ritos litúrgicos”.

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