sábado, 13 de abril de 2013

SOY CRISTIANO POR LA GRACIA DE DIOS



                                 Manuel Toledo Zamorano

           El catecismo de la Iglesia Católica que estudiábamos cuando éramos pequeños y estábamos en la EGB nos preguntaba: ¿Eres cristiano? Y seguidamente venía la respuesta: Soy cristiano por la gracia de Dios.

Y así es, Dios es el que desde nuestra concepción nos envuelve con su gracia para que seamos seguidores de su primogénito Hijo, Jesucristo. Es Dios mismo el que desde que somos ser humano, momento inicial de la concepción, nos hace copartícipes del Reino de Dios en la Tierra y nos impulsa a ser los seguidores de las enseñanzas de Jesús.

El Papa emérito Benedicto XVI en su libro “La infancia de Jesús” nos decía que ” el ser cristiano implica salir del ámbito de lo que todos piensan y quieren, de los criterios dominantes, para entrar en la luz de la verdad sobre nuestro ser y, con esta luz, llegar a la vía justa”.

Analizando detenidamente estas palabras que definen el ser cristiano constatamos que es una opción de vida que te obliga a no admitir las cosas porque sí, sino que a la luz de la Palabra de Dios debes cuestionarlas, interrogarte sobre ellas, alzar tu voz en los foros adecuados para que eso que no se ajusta a lo que Jesús nos dijo no continúe haciendo el mal en la sociedad, en una palabra, es una forma de estar en el mundo que te interpela y no te deja ser conformista con lo que tienes alrededor.

Asimismo, nos dice  el Papa emérito que nos hace “salir de los criterios dominantes”, es decir, no nos hace conformistas con lo que hay, sino que ante las diversas realidades que se nos presentan en la vida, nos obliga a sopesarlas y aplicar el criterio acorde con nuestra fe y que aparece reflejado en la Palabra de Dios, para así llegar a entrar en la auténtica verdad que es Cristo.

S.S. el Papa Francisco señaló recientemente que “en todo tiempo y en todo lugar son bienaventurados aquellos que, a través de la Palabra de Dios, proclamada en la Iglesia y testimoniada por los cristianos, creen que Jesucristo es el amor de Dios encarnado, la Misericordia encarnada. ¡Y esto vale para cada uno de nosotros!”.

Por tanto una de las mesas de las que debemos nutrir nuestro cristianismo es la de la Palabra que en la Eucaristía o en la lectura de  la sagrada Biblia nos indica los pasos a seguir para llegar a alcanzar el Reino  de Dios en la tierra.

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