Manuel Toledo Zamorano
El Catecismo de la Iglesia Católica
en el capítulo que dedica a la dignidad de la persona dice que “las
virtudes humanas se arraigan en las virtudes teologales, ya que éstas se
refieren directamente a Dios, disponen a los cristianos a vivir en relación con
la Santísima Trinidad y tienen como objeto a Dios, Uno y Trino.”
Es el misterio del amor de Dios el
que nos interpela a actuar, desde un amor vivo en lo hondo de nuestro corazón.
Es un amor que nos lleva a entregarlo a los demás, por lo que sin la presencia
en nuestro interior de la fuerza del Padre es imposible que seamos capaces de
adquirir un compromiso que lleno de fe, cargado de esperanza e irradiando caridad
haga que el cofrade esté en este mundo actuando al lado del que necesita del
amor de Dios.
Pero, ¿qué significa ser cristiano
hoy en día, en este momento histórico que nos ha tocado vivir y que está
impregnado de un sentido laicista que pretender que lo religioso quede relegado
a un segundo plano?
Ser cristiano no es simplemente
hacer el bien y evitar el mal. Ser cristiano es seguir a Jesús de Nazaret, continuar su camino, “proseguir su obra,
perseguir su causa y conseguir su plenitud”.
Seguir
a Jesús supone reconocerlo como Señor, aceptar su proyecto de vida, proseguir su estilo evangélico, formar
parte de su comunidad y vivir bajo la fuerza del Espíritu.
Seguir a Jesús implica aceptar y
comenzar a vivir todo esto, por eso en este
artículo veremos cómo debe ser el
compromiso del cofrade desde la fe en Dios Padre, lleno de esperanza e
irradiando caridad para con el hermano.
La fe cristiana es un compromiso
total para vivir, según Cristo nos enseña, el doble mandamiento del amor a Dios
y el amor al prójimo.
La fe del cristiano debe ser una fe
operativa ya que una fe sin obras es una fe muerta.
La fe compromete la vida entera del
hombre, pero el compromiso se traduce en obras concretas, Las obras del
creyente son la consecuencia, la expresión y la ratificación necesarias de la
fe.
El cristiano debe ser una persona
que presenta coherencia entre fe y vida, entre evangelio y cultura, para así
cumplir con fidelidad sus deberes temporales, guiados siempre desde el espíritu
evangélico...
No hay comentarios:
Publicar un comentario