sábado, 28 de diciembre de 2013

LOS SANTOS INOCENTES

Hoy, 28 de diciembre,  se celebra en todo el mundo la festividad de los Santos Inocentes y quisiera dejaros con algunos fragmentos de la carta pastoral que el Obispo de Córdoba, Monseñor Demetrio Fernández ha escrito sobre el tema de la familia y el derecho a la vida:

“El contexto de la Navidad nos introduce de lleno en la familia. Son fechas de reunirse todos, de saludar a los que no han venido, de expresar nuestro cariño de múltiples maneras, de recordar a los que ya han partido a la casa del Padre.

La familia se constituye por el vínculo estable de un varón y una mujer, bendecido por Dios, de donde brota la vida de los hijos, constituyéndose así una comunidad de vida y amor entre todos sus miembros".

Mons. Demetrio Fernández recordó el lema de este año para la fiesta de la Sagrada Familia que tendrá lugar el próximo 29 de diciembre, “Esposo y esposa, padre y madre, por la gracia de Dios”, y advirtió que “la ideología de género pretende cambiar el lenguaje de manera intencionada, para anular toda diferencia entre padre y madre, esposo y esposa. Se sustituye padre y madre por progenitor A y B, se sustituye esposa y esposa por cónyuge 1º y 2º”.

Sobre el tema del aborto, el prelado dijo que “Sin duda, la mujer (y el varón) ha de tener libertad para algo tan sublime como es la maternidad (paternidad). Y cuanto más libre y responsable sea esa decisión, mejor”, señaló, pero aclaró que “si en algún momento, con libertad o sin ella, se concibe un nuevo ser, éste no puede pagar los vidrios rotos de sus padres”.


 “El aborto siempre es un fracaso. Fracaso de la humanidad, que traga todos los días la noticia de miles y miles de abortos. Fracaso para la madre, que se ve en la situación de matar a su hijo, porque no le cabe otra salida. Fracaso para los miles de personas que son eliminadas en el claustro materno, el lugar más seguro del mundo y el más cálido de nuestra existencia.

Un acompañamiento a la mujer en situación de riesgo, urge prevenir ya desde la educación afectivo-sexual de los adolescentes y jóvenes, e incluso desde niños, debemos potenciar entre todos la fidelidad hasta la muerte a la propia pareja".

El Obispo recordó que “la ciencia muestra a las claras que desde el momento mismo de la concepción tenemos un nuevo ser humano, con su propio código genético, con su propio potencial de desarrollo, que merece todos los respetos por parte de quienes tienen que ayudarle a desarrollarse y nunca tienen el derecho a deshacerse de él eliminándolo”.

Por ello, destacó que la lucha por la vida esté ganando puntos a favor del respeto al embrión humano, “el ser más indefenso de la naturaleza, que hay que proteger en una sana ecología humana”.

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